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Puerto Vallarta, Jalisco.- Grupos ecologistas de Bahía de Banderas comenzaron a alertar por Facebook y por whats app que se hacían trabajos de tala y remoción de vegetación en la ribera del río Pitillal.

Al principio los activistas temieron que se tratara de un nuevo proyecto inmobiliario, sin embargo conforme se organizaron y fue fluyendo la información gubernamental; se enteraron que la devastación de alrededor de un kilómetro de bosque de galería significó la pérdida de al menos ciento cincuenta sauces por personal del ayuntamiento de Puerto Vallarta.

La alerta fue el miércoles 17 de junio 2020 y tras un día de incertidumbre y confusión ciudadana, el alcalde Arturo Dávalos informó a los medios de comunicación a través de un video que la presencia de maquinaría y desmontaje de la zona natural en la desembocadura del río Pitillal, obedecía a un plan de mitigación y prevención de inundaciones y por lo tanto, contaba con el aval de la Dirección de Medio Ambiente y Desarrollo Urbano y Obras Públicas.

“Estamos quitando los árboles, los sauces que están en medio de lo que es el cauce del río Pitillal. Es una recomendación de la Comisión Nacional del Agua, es una recomendación de Protección Civil municipal (…) Esos sauces nunca debieron de haber crecido, nunca debieron dejarlos crecer porque eso se tiene que mantener limpio para que el agua fluya y no tener problemas de inundación”, comentó el edil. 

Lejos de tranquilizar el mensaje desató la indignación de activistas y expertos en el manejo de ecosistemas de la bahía, debido a que el ayuntamiento de Puerto Vallarta no consultó ni socializó el proyecto y tampoco presentó una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), pero sobre todo por el nivel de desinformación al considerar el presidente municipal que los sauces “nunca debieron dejarlos crecer”, según su propia explicación.

La alerta ambiental radica en que la Comisión Nacional de Biodiversidad considera los bosques de galería como agrupaciones arbóreas muy heterogéneas, de cuatro a 40 metros de altura que comprenden árboles de hoja decidua perenne, decidua o parcialmente decidua.

Estos bosques según la publicación de la CONABIO de 1998 titulada “La diversidad biológica de México”, se desarrollan a lo largo de corrientes de agua más o menos permanentes y se encuentran en lugares de clima caliente y templado. Las plantas están arraigadas en el fondo de cuerpos de agua de corriente lenta y estacionaria, tanto dulce como salobre. También a orillas de zanjas, canales y remansos de ríos.

Iniciar el desazolve sin tomar en cuenta la riqueza natural del cauce, compromete los recursos naturales del municipio y su relevancia.

Acción preventiva provocó un daño ambiental

Lo único que existe de por medio es un oficio del 20 de noviembre del año pasado que Helios Hernández Hurtado, subdirector de Medio Ambiente municipal envió a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, para solicitar a la autoridad federal una excepción de la MIA pues realizaría “mejoramiento de la capacidad hídrica” para trabajos de desazolve apelando al artículo 7 del reglamento de la Ley de Equilibrio Ecológico y la Protección del Medio Ambiente en Materia de Evaluación del Impacto Ambiental, que establece que esta no será un requisito cuando “las obras o actividades que ante la inminencia de un desastre se realicen con fines preventivos, o bien las que se ejecuten para salvar una situación de emergencia”.

El 27 de noviembre, el ayuntamiento recibió la autorización de la oficina federal a través de un oficio firmado por Armado Romero Barajas, subdelegado de Planeación y Fomento Sectorial para lo que se creía era una acción preventiva nada más, pero lo talado por el ayuntamiento de Puerto Vallarta ciento cincuenta árboles, es una tarea que la Semarnat no podría autorizar.

Alfonso Baños investigador del Centro Universitario de la Costa (UdeG) reconoce la importancia de hacer labores preventivas de cara a la temporada de lluvias, pero cuestiona la forma en que se realizan.

Para él la alerta entre ambientalistas es una muestra de la complejidad de ordenar justamente el territorio y de establecer un diálogo adecuado entre las necesidades y las realidades “me parece que la necesidad de tener un desazolve es importante eso es correcto, la inconformidad tiene que ver con el procedimiento de desmontaje de la zona natural este con abuso de la maquinaria, de llegar y hacerlo lo más rápido posible y sin las consideraciones hacia el medio ambiente; creo que es el tema que está a discusión”, explicó.

El Río Pitillal es una de las estampas e ideas más recordadas para los visitantes de todo Puerto Vallarta, al tratarse incluso de una especie de frontera; el académico también comentó que desde una perspectiva económica y social es importante la obra de desazolve “pero parece que no se equilibra con la parte natural y de lo que se trata es que todas las intervenciones de la ciudad vayan armonizadas en términos de sustentabilidad, que estén equilibrados los tres elementos: sociedad, economía y naturaleza”.

Parte de los cuestionamientos que surgieron al darse a conocer la obra del gobierno municipal fue desconocer si la limpieza del cauce en ese cruce al norte de Vallarta, pasó por la aprobación o revisión del Consejo Municipal de Ecología o una socialización con especialistas.

Ante la tala irreparable, protesta social

Ante las insuficientes explicaciones del gobierno municipal y el daño ambiental, se convocó a través de redes sociales a una manifestación pacífica el sábado 21 de junio, en el río, por la tarde. Pidieron vestir de blanco y evitar llevar plásticos de un solo uso; en medio de la pandemia, también hicieron énfasis en el uso obligatorio del cubrebocas.

Llegó un centenar de personas, hicieron una meditación para pedir perdón a la madre tierra, se presentó un espectáculo dancístico, hubo música; algunos activistas hicieron un posicionamiento en el que exigen al ayuntamiento una explicación clara, una disculpa pública y que asuma su responsabilidad de cuidar los bosques de la región.

Un daño ambiental que nos perjudica a todos

El biólogo Roberto Ornelas explicó a quienes asistieron a la protesta por la tala y derribo de arbolado la importancia de los bosques en riberas o los bosques de galerías como el que tenía Puerto Vallarta hasta hace unos días, así como la relevancia de los sauces, las higueras, los escurrimientos en los meandros, las aves, los mamíferos, los reptiles, concluyó su intervención aseverando “Cumplen varias funciones biológicas que quienes se encargaron de dejar este escenario seguramente desconocían”.

De acuerdo con Ornelas, estos ecosistemas combaten el cambio climático al mejorar la calidad del agua que llega al océano y aportar los sedimentos y nutrientes que alimentan a organismos marinos que van desde corales, crustáceos y peces, hasta los delfines y ballenas.

La vegetación, conforme a lo comentado en la jornada del sábado, ayuda a retener los sedimentos como lo mencionó el biólogo “Toda esta tierra que ahorita está floja, la vegetación, las raíces, ayudan a atrapar este suelo y regulan la cantidad de sedimentos que se depositan en el océano; con sus raíces ayudan a filtrar el agua hacia los mantos friáticos y a mantener una recarga de gua en estos sistemas, agua que eventualmente estará en nuestros hogares. Si tenemos un espacio como este, entonces el agua se evapora porque los rayos del sol entran directamente y no hay un árbol que amortigüe estos rayos de sol, aumenta la sensación térmica y por ende el calor que sentimos, es mayor”.

Cuando visité el sitio de las obras de desazolve las aves aún trinaban y su sonido competía con el ruido de la maquinaría. Según los activistas en el lugar que se “limpió” para revenir daños por lluvias, se encontraban nidos de aves: calandrias, pericos, zanates, bienteveo considerada biodiversidad nativa en el bosque se irá regenerando entre lo que quedó.

De acuerdo con los ecologistas, tomará alrededor de 20 años recuperar los ciento cincuenta sauces llorones que calculan fueron talados.

Publicado originalmente en Perimetral