El bosque de Ribera del Río Pitillal sufrió un daño severo y el suelo desnudo del área aumentó 736 % después de la acción municipal.

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En 2020, ciudadanos realizaron manifestaciones en el área deforestada del Río Pitillal

En junio de 2020, un episodio de deforestación en la ciudad de Puerto Vallarta generó movilización y debate entre la población, la academia y el gobierno municipal. Luego de que grupos ambientalistas denunciaran la tala de alrededor de 150 sauces y la remoción de vegetación por parte de personal de servicios públicos en la desembocadura del Río Pitillal, el entonces alcalde Arturo Dávalos minimizó la preocupación ciudadana y aseguró que se trataba de una acción de desazolve para prevenir inundaciones.

Sin embargo, el estudio titulado Pérdida de cobertura vegetal riparia por acciones de desazolve del río Pitillal en Jalisco, evidencia que estas acciones tuvieron un impacto significativo en el entorno natural. Antes del desazolve, el área albergaba un 88.96% de cobertura vegetal cerrada, que equivalía a 18.94 hectáreas de un ecosistema vital. Pero después de las actividades de desazolve, el suelo desnudo se expandió de 0.47 hectáreas a 3.93 hectáreas, lo que representó un impactante aumento del 736%.

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Aspecto del Río Pitillal tras la deforestación

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Para comprender mejor el impacto del desazolve, es fundamental conocer la historia y la importancia de este bosque de ribera. A lo largo de los años, ha enfrentado múltiples amenazas, desde el cambio de uso de suelo hasta la alteración del cauce del río. La vegetación incluye una variedad de especies, desde sauces hasta guamúchiles, y ha desempeñado un papel crucial en la protección contra inundaciones y la preservación de la biodiversidad en la región.

Estos bosques son barreras naturales contra inundaciones

El estudio firmado por la dra. Eréndira Canales Gómez y Karen E. Peña-Joya, así como por los doctores Bartolo Cruz y Jorge Téllez, se basó en el análisis de imágenes satelitales Sentinel-2A, que permitieron evaluar la cobertura vegetal y el uso del suelo en tres momentos clave: antes del desazolve, inmediatamente después y un año después del evento. Se utilizó el Índice Normalizado Diferencial de Vegetación (NDVI) para clasificar las áreas afectadas y evaluar la severidad del impacto.

Los resultados revelan que el desazolve causó una pérdida significativa de la cobertura vegetal cerrada, particularmente cerca del cauce del río. La superficie afectada representó un porcentaje sustancial del área total, y se observaron impactos altos y severos en diferentes zonas. Sin embargo, un año después del desazolve, se notó un inicio de proceso de sucesión, con la recuperación de cierta vegetación cerrada.

Las acciones de desazolve, defendidas en todo momento por el gobierno municipal, tuvieron un impacto considerable en el bosque de ribera del río Pitillal. La mayoría de las áreas afectadas experimentaron una conversión de la cobertura vegetal natural a suelo desnudo, vegetación dispersa y vegetación abierta. Los investigadores del Laboratorio de Ecología, Paisaje y Sociedad resaltan la importancia de conservar y restaurar estas barreras naturales, así como de aumentar la concienciación pública sobre la necesidad de soluciones más eficientes y sostenibles para la prevención de inundaciones.

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