La actividad humana y el desarrollo turístico afecta cada vez más a la fauna silvestre del puerto. El principal problema es la sobrepoblación de perros y gatos que se convierten en depredadores sin freno; luego está la intoxicación (sobre todo de aves) por residuos líquidos y sólidos, como los plásticos o los anzuelos de pesca; después están los atropellamientos y los ataques directos de personas que agreden a los animales con piedras y machetes hasta dejarlos malheridos o agonizando, explica Eva Torres, médico veterinario integrante de  Rescate, rehabilitación de Fauna Silvestre Calev A.C. 

«Lo que más se recibe son crías tlacuaches, quedan huérfanos por ataques con fauna doméstica. Llega la temporada de tlacuaches y hay muchas crías que hay que atender hasta que tengan el tamaño y peso para ser  liberadas. En temporada de lluvias nos llegan muchas aves con las altas rotas o problemas musculares en las alas: pájaros bobos, pelícanos; también auxiliamos serpientes, cocodrilos, ardillas y mapaches” 

Desde 2008 el equipo de biólogos y veterinarios trabajan por el bienestar de la fauna doméstica por pasión y amor a los animales, pues todos tienen otros trabajos. Eva nos habla del origen de la organización: “Cada uno ayudaba por su cuenta a animales silvestres, nos conocimos, nos juntamos y decidimos hacer la A.C. No nada más fue el amor a la fauna, veíamos con las autoridades la demanda de este servicio y fue nuestra manera de apoyar y ayudar al entorno, para que estos animales regresen a su vida natural”.

Solidaridad con dos casos graves

Todos estos años han sido autosuficientes sin embargo en esta ocasión piden el apoyo de la ciudadanía para auxiliar a dos animales heridos de gravedad que requieren cirugías de alta especialidad: se trata de una tortuga de agua dulce atropellada por un razer a la que hay que curarle varias fracturas y reconstruirle el caparazón. El otro caso es el de un coatí que tras ser atropellado en la carretera presenta desprendimiento de hueso en una pierna y fractura en los dedos.

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La isla del Río Cuale es uno de los casos más graves de sobrepoblación de fauna doméstica pues se hizo costumbre entre los lugareños abandonar gatos en el sitio.

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