Aunque la ley lo prohíbe, persiste la costumbre de capturarlas para autoconsumo o por encargo de turistas en busca de supuestos afrodisiacos, explica integrante de campamento tortuguero.

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Una tortuga Golfina, a punto de ser sacrificada, fue rescatada este martes 4 de abril, en las playas de la Bahía de Santiago. En entrevista, Jesús García, integrante del campamento tortuguero Manzanillo explicó que en el rescate participaron ciudadanos, voluntarios y policías municipales.

Una voluntaria recibió la llamada de una ciudadana que alertaba de extracción ilegal de una tortuga marina en la zona de la desembocadura del arroyo de Santiago, en la Bahía de Santiago, ella informó al señor Refugio también voluntario de este campamento, inmediatamente acudió a la zona y alertó a las autoridades municipales quienes, favorablemente y para suerte de la tortuga, la respuesta fue rápida.

El señor Refugio Hernández, también presente en la entrevista que tenemos vía telefónica, detalla que encontró a la tortuga arroyo arriba, entre el mangle, con golpes leves pero «desorientada, prácticamente esperando el momento en que la sacrificaran».

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Consumo de carne de tortuga, entre el fetiche y la tradición

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Aunque la tortuga Golfina es una especie en peligro de extinción y protegida por las leyes mexicanas, no ha logrado erradicarse el consumo de su carne y huevos. Al respecto, Jesús explica que la extracción de tortugas está relacionada con la tradición gastrónomica, pero también con la demanda de turistas en busca de supuestas propiedades afrodisiacas:

Permanece esa costumbre de utilizar su carne en algunos platillos típicos de la zona costera y pues de manera ilegal buscan conseguirla. También por encargo: Gente que en esta temporada vacacional acude a las playas y traen creencias de de que puede ser afrodisíacas o que la carne es buena para la salud.

Conciencia y educación ambiental


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Si bien no hubo detenidos en el suceso, Jesús considera que la reacción social tuvo una función: servirá como como escarmiento a los traficantes. «Que sepan que se está vigilando». Sin la participación ciudadana esta historia no hubiera tenido un final feliz, es por eso que el campamento tortuguero de Manzanillo, le apuesta a la educación ambiental que fomenta a través de charlas y liberaciones de crías de tortugas. Apenas el sábado pasado liberaron una camada de tortugas láud, una especie en peligro crítico de extinción.

«Creamos conciencia, invitamos a la gente a que nos acompañe a las liberaciones y previo y en la liberación realizamos algunas charlas de educación ambiental en búsqueda de generar agentes de cambio, que cada persona que acuda al campamento se lleve información valiosa, que cada vez más gente esté informada de los esfuerzos que a nivel nacional se llevan para la recuperación de estas especies y que se conviertan en agentes de cambio que puedan fungir como vigilantes ambientales»

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