Expertos explicaron las características biológicas del cocodrilo, el funcionamiento de la norma ambiental que lo protege y los retos para su conservación en la región
La organización SOS Cocodrilo ofreció el primer taller para periodistas y comunicadores de la Bahía de Banderas que cubren eventos relacionados con la presencia e interacción de esta especie en la costa que comparten los estados de Jalisco y Nayarit.
Las tensiones entre humanos y cocodrilos crece a medida que estos reptiles pierden terreno debido a la acelerada expansión de la mancha urbana y turística de la región, pues se les ve con mayor frecuencia en espacios ahora considerados urbanos pero que anteriormente hacían parte de su hábitat. Según cálculos de la propia organización, el cocodrilo de río, también conocido como cocodrilo acutus o cocodrilo americano, ha perdido el 90 % de su hábitat y el que aún conserva se encuentra fragmentado por caminos, hoteles, casas y centros comerciales.
Es necesario cambiar el discurso mediático sobre el cocodrilo
Los cocodrilos enfrentan un segundo problema: no son una especie carismática o socialmente aceptada; no provocan ternura, al contrario, son grandes depredadores que durante años han protagonizado sangrientas películas hollywoodenses. Este discurso cinematográfico alrededor de los cocodrilos se refleja en la realidad noticiosa y termina formando parte del imaginario social.
En el caso de Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, la presencia de cocodrilos se ha convertido en un tema polémico que genera acalorados debates en las redes sociales donde algunas personas afirman que existe una infestación de cocodrilos, que fueron introducidos de manera artificial y que en todo caso, es preciso acabar de ellos pues son una amenaza para la actividad turística. Esta tirria hacia los cocodrilos no se limita al plano digital pues se han registrado casos de agresiones y tortura hacia la especie, aunque esto constituye un delito federal.
En el curso, el equipo de biólogos y veterinarios que integran SOS Cocodrilo explicaron el funcionamiento general de la norma ambiental que protege al cocodrilo, así como las características biológicas, áreas de distribución y etapas de reproducción de la especie. También compartieron estadísticas sobre la presencia del cocodrilo en la región y los factores que deben tomarse en cuenta para elaborar un mapa de riesgo.
SOS Cocodrilo también investiga a profundidad los incidentes reportados con el fin de entender qué los provocó y hacer recomendaciones que no vuelvan a suceder.
No son ataques sino interacciones negativas
De acuerdo con SOS Cocodrilo, el término más adecuado para referirse a las mordidas de cocodrilo es interacción negativa y no ataque, pues no es que los cocodrilos salgan a cazar humanos, ellos prefieren comer pescado o pequeños mamíferos como perros. En la mayoría de los casos analizados por la ONG, los incidentes se debieron a la imprudencia humana. En tanto que encontraron que se trata de mordidas defensivas.
Los expertos recordaron que vivimos en un ambiente megadiverso donde las especies interaccionan entre sí. Hay interacciones positivas (como la polinización) y otras negativas (como una mordida) la clave es aprender a convivir a través de la educación ambiental y el respeto a los reglamentos creado para disminuir el número de este tipo de interacciones.
Lanzan campaña para que las personas no alimenten a la fauna
Durante la jornada, funcionarios de la dirección de Medio Ambiente explicaron que concentran sus esfuerzos en la colocación de señalética en playas y esteros, y en su participación en eventos de educación ambiental. También impulsan campañas para lograr la coexistencia armónica entre las personas y la fauna de la región, la más reciente está relacionada con la prohibición de alimentar a la fauna silvestre, pues dicha actividad altera las normas de convivencia y la dieta de las especies, como está sucediendo con los mapaches y coatís en Bahía de Banderas que se congregan en determinados puntos a la espera de que locales y turistas les provean de fruta, pan dulce o frituras. Mientras que otras personas acostumbran lanzar pedazos de pollo a los cocodrilos del estero Boca de Tomates, lo que aumenta el riesgo de interacciones negativa.
Servicios ambientales del cocodrilo
- Creación de canales en los ríos para la reproducción de peces, ostiones y camarones.
- Son controladores de poblaciones. Cazan animales enfermos, evitando el contagio de otros animales.
- Sus heces aportan nitrógeno a la tierra, haciendo más fértiles las zonas en las que se distribuye.
- Sus crías sirven de alimento para otras especies como aves y mamíferos.