La organización recuerda que al igual que los psitácidos son animales silvestres, no domésticos.

  • Twitter
  • Facebook
Foto: Manuel Anguiano / iNaturalist

La costumbre de ver loros y pericos como “parte de la familia” dentro de los hogares mexicanos ha hecho considerarlos en la sociedad como “animales de compañía” o mascotas. 

Lo cierto es que, al igual que las guacamayas, son aves silvestres y tenerlas en casa es un delito federal desde 2008, de acuerdo con el artículo 60 BIS 2 de la Ley General de Vida Silvestre, además, es castigado hasta con nueve años de cárcel y con multas que van de los 50 a las 50 mil Unidades de Medida y Actualización. 

Por lo anterior nace “Saca el perico”, un proyecto informativo que surgió en 2023 en busca de la concientización para detener el tráfico ilegal de psitácidos en Colima. 

Y es que en los últimos 30 años las poblaciones de estas aves han disminuido por su captura para la venta y compra, según datos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).



Melissa Pérez, fundadora de la organización, expone la importancia de atender la causa desde la raíz y detener la demanda de estas aves, pues asegura, si no hay quien las compre, no hay venta y por tanto, no hay saqueo de nidos ni capturas ilegales:

Salud mental de loros y pericos 

  • Twitter
  • Facebook
Foto: Mariana Bravo/iNaturalist

Las estereotipias en psitácidos son movimientos repetitivos que llevan a conductas autodestructivas, como arrancarse las plumas, las uñas, golpearse contra la jaula, gritos y agresividad. Todas las conductas están asociadas a cuadros de estrés por el cautiverio. 

Quizá te interese leer: La OMS alerta del impacto del cambio climático en la salud mental

Y es que, aunque pareciera que son animales domésticos, son aves con fisionomía diseñada para volar varios kilómetros y además de verse afectadas por el encierro y los espacios reducidos, el desconocimiento sobre su cuidado ha llevado a otras afectaciones:

  • Enfermedades por la alimentación. Es común que cuando el ave vive de forma doméstica reciba de alimento semillas de girasol, un alimento alto en grasa que no forma parte de su dieta natural y es causante de varias enfermedades.
  • Daño al medio ambiente. Los loros tienen una función biológica que consiste en esparcir semillas y polen, por lo que su captura los priva de su “deber ambiental” poniendo en riesgo la salud de bosques y selvas. 

Melissa también menciona que:

De diez pericos traficados, ocho se mueren y dos llegan a hogares mexicanos para permanecer encerrados de por vida, la mayoría en condiciones deplorables

Lo anterior contribuye a la extinción de las 22 especies de loros que hay México, según la PROFEPA. 

¿Cómo ayudo en la conservación de psitácidos? 

  • Twitter
  • Facebook

A través de la campaña “adopta un cártel”, Saca el Perico invita las y los ciudadanos a poner carteles en sus casas o negocios difundiendo información sobre el Perico Frente Naranja así como la invitación impresa a no comprar pericos para erradicar el tráfico, actividad que parece poco vigilada por autoridades ambientales debido a la nula presencia de inspectores. 

También exhorta a denunciar la tenencia de ejemplares en casa así como la venta, misma que se intensifica de febrero a mayo por ser temporada de anidación. 

Si deseas adoptar un cártel, puedes descargarlo en los siguientes enlaces:

Devuelve la libertad a loros y pericos

En caso de ya contar con un perico, loro o guacamaya, Melissa recomienda acercarse y entregarlos a centros de rehabilitación para aves como:

  • Fundación Xhori en la Barranca de Huentitán, en Jalisco
  • Ser tu voz, en Sayulita, Jalisco
  • Proyecto Santa María, en la Península de Yucatán

En caso que el contacto con dichas organizaciones se dificulte, también es viable entregar a las aves a las autoridades ambientales.

Otra opción es acercarte directamente a Saca el Perico a través de sus redes sociales para conocer más y sumarte a su causa, pues además de compartir información, su fundadora trabaja en conjunto con un centro de rehabilitación para el cuidado de loros, pericos y guacamayas y espera que en un futuro la organización también pueda tener uno en Colima. 

Por último, Melissa comparte la siguiente reflexión: 

“He escuchado mucho esa frase de “no se cuida lo que no se conoce” entonces yo invito a la gente a literal, voltear para arriba, a apreciar a los pajaritos… ojalá que lleguemos a ver tantos en la calle que no nos den ganas de tenerlos encerrados otra vez”. 

  • Twitter
  • Facebook
Foto: Cheryl Charleston / iNaturalist