El estero el salado no es un parque de atracciones, sino un ecosistema de manglar donde se trabaja con especies que ponen en riesgo la vida, explica Jaime Torres quien dirigió el Área Natural Protegida por 22 años.
Luego de dedicar 22 años de su vida al estero el Salado, el biólogo Jaime Torres anunció de forma intempestiva que dejaría la dirección de esta Área Natural Protegida para dedicarse a otros proyectos. La noticia sorprendió y conmocionó a la comunidad científica y ambientalista de la región quien agradeció su labor y le deseó suerte.
En entrevista, Jaime Torres explica que cerró su ciclo en el estero por una decisión burocrática. El presidente del Fideicomiso del Estero, el ingeniero industrial Diego Edén Wynter Blanco, y también Director de Áreas Naturales Protegidas y Especies Prioritarias de la SEMADET, no le renovó el contrato laboral.
Tras dos décadas al cuidado del estero, Jaime hace énfasis en que la nueva administración deberá priorizar la integridad de las especies del manglar y no ceder a intereses que buscan convertir el sitio en un centro de atracciones.
Para el cuidado de El Salado, la nueva administración deberá hacer un diagnóstico; poner atención a las afectaciones secundarias del desarrollo urbano, y, sobre todo, salvaguardar las especies y prevenir riesgos de muerte del propio personal y visitantes con personal calificado pues, en los últimos meses, ingresaron perfiles sin formación científica.
Antes todo era mangle…
El Estero El Salado, explica Torres Guerrero, era un ecosistema de canales que conectaba desde Puerto Vallarta hasta Bucerías. La llegada del turismo internacional en la década de los 60 transformó la vida social, sobre todo el ecosistema costero.
“Los ecosistemas de manglar son dinámicos y sin duda el estero El Salado ha estado cambiando mucho. Sabemos que en la década de los años 60 y 70 hubo mucho movimiento de tierras, desarrollos urbanos que modificaron el ecosistema”, dijo.
El sistema del Estero ya está fraccionado y sólo se conocen pequeños escurrimientos. En Bucerías sólo queda un árbol mangle pues la zona se encuentra azolvada y, sobre ella, se asienta la retícula urbana.
“Aunque Nuevo Vallarta tiene todavía algunos relictos: en la Laguna del Quelele, del Estero del Papayal, pero ya no se conectan con el sistema lagunar de Boca Negra ni de Boca de Tomates, pues el desarrollo urbano se ha encargado de fraccionar el sistema”.
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El Salado: un espacio público para conectar con la naturaleza
Hacia 1994 se decretó la expropiación de más de 280 hectáreas para cuidar la reserva, y en el año 2000 se decretó El Salado como Área Natural Protegida. Durante su infancia, el biólogo Torres Guerrero conoció El Salado como un área de recreación. Como científico, décadas después, encontró un ecosistema sin acceso, ni siquiera para hacer monitoreo.
“Y cada vez lo fuimos haciendo más accesible el estero, no solamente para los investigadores, también para las personas que no cuentan con las habilidades para acceder a este tipo de ecosistemas. Desde entonces lo que tratamos de hacer fue convertir el Estero en un sitio para que todas las personas lo pudieran conocer”.
Uno de los primeros hallazgos en El Salado fue encontrar fauna desplazada de los desarrollos urbanos.
“Aquí se ha refugiado una gran cantidad de especies pues se trata de una reserva ecológica que desde entonces no tiene afectaciones ni perturbaciones pues ha habido personal que vigilamos y cuidamos este tipo de ecosistemas”.
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Junto con su equipo elaboraron un diagnóstico técnico para la protección del ANP y sus especies. Además, diseñó el programa “Aventúrate por el Salado”, para la educación ambiental de los habitantes de Bahía de Banderas.
Sortear fallas y carencias
Los planes parciales de desarrollo urbano son instrumentos que protegen el ANP, pero existen riesgos de afectaciones secundarias del desarrollo urbano como la contaminación al estero en 2019 por la ruptura del colector de aguas negras.
“Creo que el reto de la próxima administración será identificar las afectaciones del desarrollo urbano y cómo atenderlas porque el desarrollo urbano no se detiene, siempre va adelante, incluso más que la normatividad que tenemos que enfrentar y trabajar”, dijo.
Aunque concedió que los planes parciales son instrumentos de protección, éstos pueden modificarse con el cambio de poder, no son suficientes y llamó a estar alertas de las personas que intenten afectar El Salado.
Un punto de mejora fue la renovación de la infraestructura del ANP propuesta por el gobernador Enrique Alfaro. Se trató de la inversión de 34 millones de pesos aplicados entre 2021 y 2023 destinados en la rehabilitación de la bahía de ingreso; senderos y muelles; torre de avistamiento, entre otras obras.
Una de las complicaciones más sentidas en la administración de El Salado ha sido la pérdida de personal de primera línea. La razón, la falta de regularidad en los pagos del Fideicomiso. En la administración de Aristóteles Sandoval, en 2014 laboraban 42 personas y, al término de la administración en 2019, sólo quedaban 20 personas.
Durante la administración de Enrique Alfaro el reemplazo de las plazas no fue significativo ni en cantidad ni en calidad.
“En cuanto al personal, ha disminuido drásticamente; en cantidad y calidad: disminuyó el 50% del personal que se dedica únicamente a la ANP; y en calidad, mandaron amigos de políticos o de personas que están en Guadalajara. El gobernador prometió el fortalecimiento, en este punto no cumplió”, lamentó.
Nueva administración de El Salado, sin personal calificado
El biólogo Jaime Alberto Torres Guerrero enfatizó que trabajar en un ecosistema de manglares es saber convivir con animales que ponen en riesgo la vida. Sin personas calificadas en el manejo adecuado, resulta peligroso para los trabajadores y visitantes.
“La administración debe conocer los riesgos y contratar al personal adecuado y capacitado. Las últimas contrataciones no son ni las más capacitadas ni adecuadas. Por señalar eso no me renovaron el contrato. Pero dije, qué bueno, porque yo no quiero arriesgar mi vida, ni ser responsable de cualquier incidente que desafortunadamente llegara a ocurrir”, dijo.
En la página oficial del Estero todavía no está actualizada, continúa Torres Guerrero como titular, y se desconoce la identidad de la nueva persona directiva.
La recomendación del exdirectivo es que la nueva dirección conozca el ecosistema, plantear una ruta de destino con la elaboración de un diagnóstico y, posteriormente, hacer propuestas”, dijo.
“Ante todo, debemos estar vigilantes: los gobiernos van y vienen, cada uno tiene su interés, pero como digo: el Estero El Salado no es propiedad de ningún gobierno o alguna persona. Es propiedad de todos los que pagamos impuestos para que se mantenga. Es propiedad de los vallartenses y de los mexicanos”
El biólogo extrañará a la gente que visitaba el Estero El Salado: gente que se formó en el estero.
“Ahora andan en otros países haciendo sus prácticas y estudios. Todos son una parte muy importante del Estero del Salado. Por eso sé que el estero tiene muchos amigos que van a estar al pendiente de él”, dijo.