A propósito de la celebración del 10 de mayo y lo que significa ser mamá en una sociedad patriarcal de doble discurso que exije que las mujeres trabajen como si no tuvieran hijos y que tengan hijos, como si no tuvieran que trabajar, me acordé de dos fragmentos de escritoras latinoaméricanas:

«No sé qué hacer con ustedes. ¡Es díficil tener hijos! Son otras personas».
Elena Garro en Los Recuerdos del Porvenir

«De paso le di un consejo que si yo misma hubiese puesto en prática, me habría ahorrado una fortuna en terapeutas: que aceptara a los niños como se aceptan los árboles, con gratitud, porque son una bendición, pero sin expectativas o deseos; no se espera que los árboles sean diferentes, se los ama tal cual son (…) es inútil controlar las vidas de los niños o protegerlos demasiado. Si yo no pude protegerte de la muerte, Paula, ¿cómo podría proteger a Nico y a mis nietos de la vida?»
Isabel Allende, en La suma de los días.

  • Twitter
  • Facebook

Una de las principales críticas contemporáneas a la celebración del 10 de mayo está relacionada con la exaltación de la maternidad como la meta o principal cualidad de las mujeres. Este discurso disfraza y romantiza las desigualdades estructurales y de explotación producto del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que limita sistematicamente el desarrollo personal y profesional de las mujeres.

  • Twitter
  • Facebook

Hablando de descubrir la versión juvenil, de carne y hueso de nuestras madres, más allá de sus experiencias de crianza y cuidados, la fotógrafa tapatía Andrea Robles compartió un collage súper bonito a partir de fotos noventeras y fragmentos del antiguo diario de su madre.

Puedes ver su proyecto en su instagram: https://www.instagram.com/p/CAB-M_vhJnl/?utm_source=ig_web_copy_link


¿Ustedes, qué tanto creen conocer a su madre?