El blanqueamiento de corales se ha exacerbado durante los últimos tres meses y ya se registra en el océano pacífico y en el mar caribe.

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El incremento de la temperatura del mar ya está acelerando el blanqueamiento y posterior muerte de los corales formadores de arrecifes en distintas costas de México, lo que podría conducir hacia un escenario devastador caracterizado por la degradación de los arrecifes, la muerte de diversas especies que dependen de este hábitat, al igual que afectaciones en los servicios que nos brindan, como el suministro de alimentos, la protección costera y los ingresos en el turismo y la pesca.


Esta alerta, recién emitida por académicos de la Unidad de Sistemas Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML-UNAM), recae en la evidencia que han recabado durante años y que se ha exacerbado en los últimos meses de este 2023.

Datos satelitales de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Costera de Estados Unidos (NOAA) revelan que en este momento la temperatura oscila entre los 2oC y 3oC por encima de la media histórica. A la fecha, la temperatura del mar en el Caribe mexicano se encuentra entre los 32oC y 33oC, una temperatura récord.

“Lo que estamos viendo ahora es que el futuro nos alcanzó. Desde mayo la temperatura empezó a subir mucho, muy por arriba de lo normal, lo que sometió a los corales a un estrés. Luego, a finales junio se empezaron a poner ‘pálidos’. En estas dos últimas semanas los arrecifes enteros ya están blancos porque llevaban semanas de estrés acumulado”, explica el Dr. Lorenzo Álvarez Filip, investigador en el Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación del ICML.

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Fenómeno también afectaría al Golfo de México

Este fenómeno también ya se registra de manera masiva en la costa del Pacífico mexicano, como en los estados de Oaxaca, Guerrero y Jalisco. Sumado a ello, la NOAA alerta sobre un escenario similar para el Golfo de México en donde se
encuentran los arrecifes de Veracruz y Banco de Campeche, así como para distintos países del continente americano.


“Se pronostica que este periodo de estrés térmico (ola de calor) continuará por semanas o incluso meses, por lo que es muy probable que los corales se debiliten al punto de morir masivamente a lo largo de las costas de nuestro país, como ha sucedido en Australia y otras partes del mundo en los últimos años”, advierte el Dr. Álvarez Filip.

Ola de calor y contaminación, detrás del blanqueamiento

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Los corales mantienen una interacción fundamental (simbiosis) con microalgas unicelulares fotosintéticas que les permiten sobrevivir, ya que les proveen hasta el 95% de los nutrientes que necesitan.

Diversos estudios han revelado que cuando el agua de mar eleva su temperatura, se rompe esta simbiosis, provocando que el coral se debilite y pierda el color que le dan las microalgas. Lo que queda es el tejido transparente y lo que se ve debajo es el esqueleto en tono blanquecino.

Sin embargo, los académicos explican que además del estrés por temperatura, los arrecifes de coral están siendo afectados por otros fenómenos que debilitan a los corales e impiden su recuperación después de eventos de estrés.


“Por ejemplo, la laguna de Puerto Morelos está muy contaminada, las cantidades de nitrógeno que hay en el agua la convierten en un ambiente eutrofizado (abundancia anormal de nutrientes), producto de las descargas de aguas negras de los hoteles y de la misma ciudad de Puerto Morelos, lo que vuelve más débiles a los corales para poder resistir cualquier otra cosa”, señala el Dr. Juan Pablo Carricart Ganivet, académico en el Laboratorio de Esclerocronología de Corales Arrecifales del ICML.

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Pérdida de corales, un problema de todos


Las consecuencias de la muerte masiva de corales mantienen pendientes a los científicos, pero el impacto nos afectará a todos, aseguran los académicos. Si este escenario sucede, perderemos valiosos servicios ecosistémicos como protección costera, suministro de arena, además de afectar actividades fundamentales para la economía: la pesca y el turismo.

“Si mueren los corales, todas las especies asociadas se verán afectadas directa e indirectamente. Y esto puede llegar muy lejos, como en cuestiones que sostienen la vida humana como las pesquerías, y el turismo del que dependen familias enteras”, advierte la Dra. Vivianne Solís Weiss, investigadora en el Laboratorio de Ecología y Biodiversidad de Invertebrados Marinos del ICML.

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Ante este escenario, los académicos resaltan que las investigaciones que se realizan desde hace décadas en la Unidad de Sistemas Arrecifales del ICML, podrán proveer un buen repertorio de habilidades para generar conocimiento y aprendizaje
sobre este fenómeno, en colaboración con otros institutos científicos de la UNAM.